Martín García López
De esas
veces que llega el hijo de la chingada y sólo te quiere coger por cagazón; ya
ves, como te vio cara de pendejo, te dice, puto abre las patas y saca lo que
traigas. Y pus tú obedeces ¡no mames!, el cabrón trae una fusta, de esas de
película que quieres pedirle Judas Tadeo que sea de juguete, pero ni verga, la
sientes bien pesadita en la nuca. Tú ni sabias qué pedo, nomás ibas y venias y dijeras, weeee no mames eran las 3 de las mañana, la hora
del diablo pero ni merga eran las 6 de la tarde y apenas anochecía. Arre pues,
te agarras los huevos y mantienes la calma, total carnal, tú y yo sabemos que
no te va a volar los sesos, o chance y sí pero es mucho pedo para ese cabrón, a
lo mucho ese wey sólo quiere unas fumadas de tu porro. Está bien culera culero,
te dice aparte para ajerar pero se anda chingando toda la chora. Chance ni es
policía el cabrón, acaso no a tu cuate el flaco, el que era emo, no lo
agarraron a putazos unos cabrones y nomás decían que eran policías. Ya ves, en
este país eres lo que quieres, ni siquiera lo que vistes, me cae que Slim no
anda de traje siempre, y las vestidas en algún momento deben acomodarse el
pito. Ya ves carnal, aquí no pasa nada. Típico, el cabrón te anda basculeando.
No mames, con eso te ibas a llevar a tu vieja al cine y luego a coger, con eso
de que a tu jefe le caga hallar mecos en el sillón. Llega como entrenador de
las chivas y nomás se sienta a hacerse pendejo y se emputa por tus mecos en
sillón, si mecos fuiste y mecos serás y mecos él fue y mecos es el cabrón que
aparte de chingarse tu porro, chingarte tu cartera, te dice, oye carnal, fíjate
que andamos buscando a un werillo que se anda pasando de verga a 10 colonias,
¿te sabes el desmadre? Y tú bien casual le dices, no oficial, para nada. No te
creo brodeer, dice ese cabrón con los ojos bien rojos y la barriga saliéndole. Te
va a cagar y te va a cagar con ganas. No te hagas pendejo, eres igualito a ése
cabrón, eres tú ¿verdad?, no oficial, no sé de qué habla, pues no sabes weeey,
lo máximo que has chingado en tu vida son unos mugres 200 pesos de tu jefe y
terminó cachándote así que ni me vengas con tus excusas, lo mejor es pedirle al
santo de devoción. Piensas, si fueras puta ya te la estaría metiendo por el
culo, el culero ¿y acaso no sabias?, si los pitufos son los que pegan el SIDA
no los putos. Ay carnal, no sé qué hacer contigo, ni tú sabes wey, ora qué...
no hay pedo, ya te tocaba a todos nos toca una vez al menos. Piensas, es un
hijo de puta nomás quiere verte cagar, tu tranquilo, casual, no sabes qué pedo,
aunque enserio no sepas qué pedo. Ánimo, ánimo, no pasa nada. El cabrón te jala
de una oreja, te mete así, como niño regañado de esos que llevan arrastrando y
a gritos por el mercado en su patrulla. Está chida la neta, suavecita, con
razón les gusta el desmadre a los batos. El cabrón te saluda, al fin se
presenta, el oficial Benito, nombre de pendejo y de vendido, a ver qué hizo de
bueno, nomás me cae que morirse. Tú le quieres contestar que te llamas
Maximiliano pero ni entenderá las ironías de la vida. Le da un chupe al tonayan
que esconde o disque esconde debajo del asiento, ya ni le ha de arder al puto
la garganta con cada shot. Prende el carro y arranca, ya valiste verga, te va a
llevar a fichar por tráfico de drogas y vandalismo, dirá que le quisiste dar un
putazo y asaltarlo, ya ni pedo... ya ni pedo... te asomas por la ventana,
recuerda carnal, casual, ni pedo, ni pedo. Tú no sabes nada [[R
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